
Jesucristo quiere salvarte y llenarte Hoy...
En el amor de nuestro Señor Jesucristo quiero decirte que la voluntad de Dios es llenarte, saturarte con su Espíritu. Aprendamos de la experiencia del predicador, seamos humildes y reconozcamos la grandeza de nuestro Dios. Sólo Él nos puede llenar con su plenitud. Muchas veces pensamos que lo material nos va a llenar. Veamos lo que le pasa a los niños: Un niño, en un determinado momento piensa que un juguete le dará toda la felicidad del mundo, pero cuando logra tener ese juguete, éste le da un gozo temporal, no lo llena por mucho tiempo, se aburre del juguete y tiene que buscar otro para estar contento. Así es el ser humano aun cuando es adulto; desea, codicia, idolatra todo lo que este mundo le puede dar, pero en un momento determinado de su vida, se da cuenta de que todo cuanto tiene, todo cuanto ha alcanzado en esta vida es basura si Cristo no mora en su vida.
Estimado amigo o amiga que estás leyendo este mensaje. Tú que estás vacío, quiero decirte que hay alguien que te quiere llenar, que desea darte ese gozo que tú nunca has experimentado. Jesucristo te dice:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y el conmigo.
[Apocalipsis 3:20]
Ábrele la puerta de tu vida, de tu corazón a Cristo, y su Espíritu Santo llenará todo tu ser, tu cuerpo será su templo y nunca más estarás vacío. En Apocalipsis 3:20, el versículo que acabas de leer, Cristo dice que entrará en ti, y Él cenará contigo y tú con Él. La cena en la Biblia es símbolo de comunión. Una vez que Cristo está en ti, podrás tener comunión con Él cada día de tu vida, podrás hablar con Él, depositar tus cargas sobre Él. Al tener a Cristo morando en ti, tendrás a ese amigo quien siempre querrá escucharte, abrazarte, estar contigo, cenar contigo. Cristo siempre tendrá tiempo para ti, siempre te comprenderá aun cuando nadie te comprenda. Su Espíritu Santo te consolará, y nunca te dejará solo. ¡Bendito sea el Nombre de Jesús!
JESUCRISTO te llama HOY para llenar tu vida, si nunca has aceptado al Señor, hoy mismo puedes ser salvo y lleno del Espíritu Santo de Dios, hoy mismo puedes recibir esa plenitud, esa seguridad, esa llenura que has estado buscando, pero no has podido encontrar. Hay alguien que te puede llenar, su Nombre es JESUCRISTO y quiere salvarte HOY. Si nunca has aceptado a Jesús como el Señor y Salvador de tu vida, te invito a que repitas de todo corazón la siguiente oración de fe:
“Señor Jesús, reconozco delante de ti que soy un pecador, en este momento me arrepiento de todos mis pecados y te pido que laves mis pecados con tu Preciosa Sangre. Desde este momento, te recibo y te confieso como el Señor y Salvador de mi vida, creo con todo mi corazón que Tú vives, porque Dios te levantó de entre los muertos al tercer día. Te pido que me llenes de tu Espíritu Santo y que escribas mi nombre en el Libro de la Vida. Amén. Gracias mi Señor Jesucristo. Amén.”
Si ya habías aceptado al Señor y te has apartado de Él o has descuidado tu vida espiritual y te sientes vacío. JESUCRISTO quiere llenarte nuevamente HOY con su Santo Espíritu. Por favor repite de todo tu corazón la siguiente oración de reconciliación:
“Señor Jesús, reconozco delante de ti que te he fallado, he pecado contra ti, he menospreciado el sacrificio que Tú hiciste en la cruz por mí, en este momento yo me arrepiento por mis pecados y vengo delante de Ti como el hijo pródigo, con un corazón contrito y humillado, para pedir tu misericordia y tu perdón. Lava mis pecados con tu Preciosa Sangre, y lléname nuevamente con tu Santo Espíritu. Te pido que mi nombre esté escrito en el Libro de la Vida, y que me ayudes a perseverar cada día para permanecer firme en tu Palabra. Gracias Señor Jesús por tu amor y tu perdón. Amén y amén.”
Les amamos en el amor de Cristo y nos gustaría estar en contacto con ustedes, lectores de este humilde mensaje, que han aceptado o se han reconciliado con Cristo Jesús. Quiero que sepan que Cristo viene pronto por su Iglesia, bendito sea nuestro Señor Jesucristo por lo que ha hecho en nuestras vidas